domingo, 6 de noviembre de 2011

¿Cómo surge la posibilidad de una amistad?

Nuestras relaciones con los demás nacen en el salón de clases, en el gimnasio, en el bar, en clases de algún deporte, en al antro y en lugares donde pasamos nuestra vida. Pero hay otras amistades que nacen en lugares poco comunes, en circunstancias inusuales o por “suerte”. Abordando el tema desde el punto de vista de la casualidad, empezaré con la siguiente definición:

caos.
(Del lat. chaos, y este del gr. χάος, abertura).
1. m. Estado amorfo e indefinido que se supone anterior a la ordenación del cosmos.
2. m. Confusión, desorden.
3. m. Fís. y Mat. Comportamiento aparentemente errático e impredecible de algunos sistemas dinámicos, aunque su formulación matemática sea en principio determinista.

*Cortesía de la Real Academia Española.

- ¡Hola! ¿¡No me digas que ustedes también se conocen!?
- Sí, justo me estaba sorprendiendo porque me estaba platicando de ti. Entonces le dije que también te conocía desde “uuuuh”.
- ¡Pero qué pequeño es el mundo!


Una conversación que seguramente les resulte familiar de alguna u otra forma. Y es que las amistades ó relaciones entre humanos son tan variantes como impredecibles. Además, dependen de un amplio espectro de posibilidades y decisiones. Por ejemplo:

- ¿Qué onda “wey” vas a ir a la tocada de hoy?
- ¡Ah! No me acordaba, pues no tengo quien me lleve “wey”, voy a ver si alguien me lleva.
- No pues yo voy de raite, pero déjame ver qué puedo hacer ahorita te llamo.
- Arre pues.
- ¿Hijo, ya sacaste la basura? – La madre
- Ahorita la saco mamá, ya casi me voy, van a pasar por mí.
- No puedes ir, estás castigado por llegar tan tarde anoche.
- Pero voy a llegar temprano.
- No.


Como pueden ver el número de posibilidades en una situación de éste tipo es muy amplia. Suponiendo que esa noche podemos conocer a una persona con quien brote amistad ¿Qué hechos en tiempo presente serían necesarios para que se cumpla? Para brevedad pondremos (1) Que el amigo llamara, (2) Que el amigo pueda conseguir recoger a su amigo (3) Conseguir el permiso de la madre ó bien escaparse.
Ahora bien, si queremos que la condición (2) se cumpla, ésta a su vez depende de por ejemplo (2a) el número de ocupantes del automóvil, (2b) Gasolina/dinero disponible (2c) La amistad de quien conduce y el amigo a quien recogerá (2d) …. Así sucesivamente.

Así pues, para que brote una amistad entre el “wey” y la persona en la tocada se requiere se cumpla un número de posibilidades que a su vez son dependientes de otras variables dependientes ó independientes.

Esto es lo que sucede con cualquier decisión al momento de conocer a alguien ¿A qué escuela ir? ¿A qué horas ir al evento? ¿Le ayudo ó no le ayudo? ¿Bailo con él/ella ó no? ¿Voy ahora ó voy mañana? y toda un serie de cosas desde la economía y la sociología, hasta la biología y las matemáticas. Esto se vuelve aún más complejo cuando nos ponemos a pensar las posibilidades también en el pasado, que es cuando llegan los “si no hubiera hecho tal cosa” habría más probabilidad de que conociera a tal persona. Sin el olvidar el futuro “si esta amistad no hubiera surgido tal vez no hubiera conocido a cual y…”.

Una amistad se puede dar por un decisión propia, una circunstancia específica, por un impulso, por la acción de otra persona, por un interés común, por el amigo del amigo del amigo del… etc. Todo ello nos conduce a decir que las relaciones humanas son caóticas en gran medida. Aquí me tomo un fragmento de Wikipedia:

“El caos es la complejidad de la supuesta causalidad en la relación entre eventos (eventualidad) sin que se observe una traza lineal que relacione la causa con el efecto; sino más bien un complejo cálculo…”

En conclusión, la posibilidad de una amistad se puede dar por cualquier cosa. Hay quienes nos ponemos a pensar en la diversidad de factores que pueden estar involucrados pero hay quienes toman el atajo de dios – le llamo yo – como el “todo se da por algo” ó el "Gracias a dios". Pero yo me creo tan libre de un destino predefinido como las decisiones que tomo.

¡Vamos! Los animo a cuestionar, admirar, destruir ó consentir mi nota.

Frase de la semana:
"El que puede cambiar sus pensamientos puede cambiar su destino" -Stephen Crane

domingo, 30 de octubre de 2011

Testigo de un Intento de Robo

No creo que acostumbre poner entradas de éste tipo muy seguido, así que aquí tienen.

Bajé inmerso en mis pensamientos del departamento éste Sábado por la mañana con destino al CITEDI (Centro de Inves...) no sin disfrutar de buen metal con mi reproductor de mp3. Me percataba de la realidad (y de mi destino) a través de imágenes, cuadros ó fotografías ante mis ojos.

Fotografía 1 [Izq.]: Tráfico vehicular.

Fotografía 2 [Der.]: Un hombre(1) con algo de sobrepeso y rapado ocupado en el cofre abierto de un automóvil.

Fotografía 3 [Izq.]: Veo una mujer del otro lado de la acera, no me resultó atractiva.

Fotografía 4 [Der.]: - Un segundo hombre(2) de estatura baja, de tez morena va corriendo a toda marcha desbordando desesperación en su rostro.

Extrañado pienso ¿Es que es tan importante llegar a tiempo a algún evento al que vaya a atender como para alcanzar el autobús?

Fotografía 5 [Izq.]: Tráfico, ningún camión parado ni en marcha.

¡Caray! ¿Por qué corre con tanta prisa entonces?

Fotografía 6 [A metros delante]: El hombre (1) y (2) peleando.

¡Qué llevados estos tipos para jugar así!

Fotografía 7: - Acercamiento - Los mismos hombres golpeándose bruscamente.

Las fotografías cobraron vida, y ahora había más cuadros por segundo que mi cerebro procesaba. Me percaté que el hombre (1) intentaba robar el auto de una señora...

Siguiente escena: Una señora cargada con bolsas apunta al hombre (1) diciéndome "¡Haz algo! Se está robando mi carro".

Obviamente no estaba en condiciones porque (a) traía mi Netbook con información valiosa y (b) no tiendo a hacer uso de la agresión.

El ladrón corre y el otro hombre(2) indeciso, se demora en la persecución. Vi ésta como de película mientras yo caminaba por la misma acera sin desviarme de mi destino.

Finalmente, cuando el hombre(2) estaba por alcanzar al ladrón, éste se sube a un automóvil ayudado por un colega suyo y huyen. Desde mi distancia no logré ver el número de placa de dicho automóvil. Desde la otra acera pregunté al hombre(2) (aún con desasosiego) si había visualizado la placa del auto, pero me dio una negativa, obviamente atribuible al calor y adrenalina del momento. Me encogí de hombros y seguí mi camino.

Durante el camino pensé (y creo que es una buena pregunta para quienes leen esto):

Ver a una persona con el cofre abierto intentando robar tu vehículo.¿Qué harías si te hubiera pasado lo mismo?.

Compartanme sus posibles reacciones, les compartiré la mía.


Frase de la semana (espero):
Todos los gobiernos mueren por la exageración de su principio. -Aristòteles